Los agujeros negros poseen una fuerza gravitatoria tan descomunal que nada, ni siquiera la luz –los fotones–, puede escapar de ellos. La materia y la radiación son atrapadas y no pueden salir. Hace casi medio siglo, Stephen Hawking anunció que los agujeros negros rompen la simetría temporal fundamental de la física, al destruir la información e impedir, incluso teóricamente, la inversión de una secuencia de acontecimientos desde el futuro hacia el pasado. Esto pone de manifiesto una profunda desconexión entre la relatividad general y la teoría cuántica.
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