A lo largo de los siglos, la rica y vasta cultura celta se ha ido
elaborando en el imaginario occidental a partir de ciertos estereotipos
que no corresponden con lo que hoy sabemos. Se
suele olvidar la complejidad de su sabiduría y la totalidad de
sus expresiones plásticas, se da mucho más valor a los aspectos
relacionados con la magia, los rituales o la simbología. Parece
mentira que aún muchos creamos que se trataba de un pueblo
de personas altas y rubias, cuando en realidad eran muy poco
homogéneos desde un punto de vista étnico, o que los vinculemos
con pócimas y hechizos en vez de valorar la calidad y belleza de su arte o su saber astronómico y científico.
En la diversidad de sus conocimientos, lograron forjar una civilización,
aunque no un imperio, que predominó en la mayor
parte del Viejo Continente durante todo el primer milenio antes
de Cristo. Pero si esto aún no os convence de su importancia,
pensad que algo tendría este pueblo de especial para que los
romanos los consideraran «bárbaros escogidos» y pensaran que
sus druidas eran depositarios de los saberes pitagóricos.
Gracias a grandes expertos, y bajo la coordinación de Gonzalo
Ruiz Zapatero, esta lectura es una ayuda para aquellos que se
interesen en la verdad de la historia íntima celta, su cultura y
tradiciones.