La escritora, novelista y directora de cine estadounidense Susan Sontag
solía decir (con acierto): "No es el deseo de ser hermosa lo que está
mal, sino la obligación de serlo". Por desgracia, aunque los tiempos
han cambiado y la diversidad se ha convertido en una realidad en las
pasarelas de moda y las campañas de belleza –aunque todavía queda
mucho camino por recorrer–, algunas continuamos enfrentándonos,
incómodas e inseguras, a la llegada del buen tiempo que nos amenaza.
Pero la belleza debería ser entendida como una fuente de felicidad y
autoestima, no como una causa de estrés. Sé que es mucho más difícil
de lo que pueda parecer. Por eso, mi único próposito para este año
es dejar de querer volverme invisible en la playa y de esconderme
detrás de un elegante caftán durante los días más calurosos del año.
Es recuperar la seguridad que un día perdí frente al espejo. No quiero
seguir agobiándome por los michelines o las imperfecciones en la piel
porque, al final, la belleza no es una cuestión de centímetros o texturas.
Y es que si no me quiero yo, los demás tampoco lo harán. La belleza
no tiene que ver con formas o edades. Por eso, este año la prioridad la
tiene mi bienestar. He decidido dejar de exigirme tanto a mí misma
y, simplemente, disfrutar del lujo de cuidarme con productos que me
hacen sentir bien, tratamientos sin dolor y máquinas exprés. Porque
el hecho de ponerse en manos de buenos profesionales también
es uno de los placeres de la vida y una terapia para contrarrestar el
estrés y los vaivenes cotidianos. Al final, cuidarse es una manera de
amarse y respetarse. Y, si algún día todo esto se me olvida, pienso
en esta frase de Coco Chanel: "La belleza tiene que comenzar en el
alma y en el corazón, de otra manera, los cosméticos son inútiles".Feliz lectura!
Además, disfruta de uno de nuestros cuardernos*.
*Existen 4 modelos diferentes que se distribuirán aleatoriamente.
Oferta solo válida para España hasta agotar existencias.