Tras el Conejo Blanco: este personaje de Las aventuras de Alicia en el país de las maravillas, de Lewis Carroll, mira su reloj y va siempre apresurado diciendo «¡Dios mío, voy a llegar tarde!». Hablamos del Conejo Blanco al que la cultura popular ha convertido en un símbolo del que busca, del que sigue a algo o a alguien ciegamente, y cuya persecución desemboca en aventuras y descubrimientos. Hay quien ve en él eso que despierta la chispa de la curiosidad y da la pista de que algo va a cambiar. En eso nos sumergimos este año, en un momento de inflexión que anuncia el Conejo de Agua chino, idea Plutón en Acuario, impulsa Júpiter en Aries y materializa Saturno en Piscis. Solo siguiendo al Conejo podremos comprender la magnitud de lo que la búsqueda y la transformación implican. Incluso cuando Alicia se despista y pierde la noción de lo que estaba buscando, él vuelve a aparecer para recordarle que tiene una misión: trabajar en esas cosas que todavía no comprende ni ha asumido. Cuando lo haga (hagamos) llegará el cambio de etapa.
Como a Alicia, el tiempo se nos echa encima en 2023 empujándonos a enfrentarnos al proceso de cambio, con la ansiedad de quien siente que la transformación no podrá evitarse.
¡Feliz cambio!