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Tiempo de celebrar | Marie Claire Digital nº 433 diciembre 2023

2,99 

Comienza la época del año que más seguidores y detractores tiene: la Navidad. Obviamente, cuando era niña, me encantaban estas fiestas. Mi abuelo tenía un pandero enorme (o quizá a mí me lo parecía desde la mirada de una criatura que no llegaba al metro de altura) y se dedicaba a cantar villancicos recorriendo el pasillo arriba y abajo mientras le seguía detrás con mis hermanas y mis primas. Mi abuelo nos personalizaba las letras y éramos nosotras las protagonistas de La marimorena y de más hits del momento. Un año mi prima Marta se cargó el pandero y mi abuelo lo sustituyó por una armónica. Nunca entendí ese cambio tan drástico, pero nos valía igual. Pasó esa época, mis abuelos fallecieron y las Navidades se tornaron tristes, solos en casa mis padres y mis hermanas. Coincidió con mi adolescencia, en la que yo me revelaba absurdamente comiéndome un plato de tortitas con nata junto una amiga justo la tarde antes de la cena de Nochebuena, y llegaba a esta sin ningún hambre. O íbamos a tomar las uvas a casa de unos amigos de mis padres y me vestía con unos vaqueros y un jersey, sin las menores ganas de celebrar nada. Ahora me encuentro en la fase de Navidades con hijos: todo un maratón de cenas aquí y allá y planes para entretenerlos en esas dos semanas sin cole. Me vuelve a gustar la Navidad simplemente por verlos disfrutar a ellos. Regreso a mi infancia cuando decoramos el árbol y cada uno se reencuentra con sus bolas preferidas del año anterior. Aunque he de reconocer que llego a enero reventada, con ganas de volver a las rutinas de siempre y de quitarme el empacho. Tanto si eres de las disfrutonas de las fiestas como si te imprimen cierta tristeza o nostalgia, esperamos que este número despierte en ti algo de ilusión por los días que se te vienen encima; que te animes a ponerte un vestido o un taconazo como los que te proponemos, te atrevas con un cambio de look o te mimes con un tratamiento de belleza. ¡Feliz Navidad!

Tiempo de celebrar | Marie Claire Digital nº 433 diciembre 2023

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Comienza la época del año que más seguidores y detractores tiene: la Navidad. Obviamente, cuando era niña, me encantaban estas fiestas. Mi abuelo tenía un pandero enorme (o quizá a mí me lo parecía desde la mirada de una criatura que no llegaba al metro de altura) y se dedicaba a cantar villancicos recorriendo el pasillo arriba y abajo mientras le seguía detrás con mis hermanas y mis primas. Mi abuelo nos personalizaba las letras y éramos nosotras las protagonistas de La marimorena y de más hits del momento. Un año mi prima Marta se cargó el pandero y mi abuelo lo sustituyó por una armónica. Nunca entendí ese cambio tan drástico, pero nos valía igual. Pasó esa época, mis abuelos fallecieron y las Navidades se tornaron tristes, solos en casa mis padres y mis hermanas. Coincidió con mi adolescencia, en la que yo me revelaba absurdamente comiéndome un plato de tortitas con nata junto una amiga justo la tarde antes de la cena de Nochebuena, y llegaba a esta sin ningún hambre. O íbamos a tomar las uvas a casa de unos amigos de mis padres y me vestía con unos vaqueros y un jersey, sin las menores ganas de celebrar nada. Ahora me encuentro en la fase de Navidades con hijos: todo un maratón de cenas aquí y allá y planes para entretenerlos en esas dos semanas sin cole. Me vuelve a gustar la Navidad simplemente por verlos disfrutar a ellos. Regreso a mi infancia cuando decoramos el árbol y cada uno se reencuentra con sus bolas preferidas del año anterior. Aunque he de reconocer que llego a enero reventada, con ganas de volver a las rutinas de siempre y de quitarme el empacho. Tanto si eres de las disfrutonas de las fiestas como si te imprimen cierta tristeza o nostalgia, esperamos que este número despierte en ti algo de ilusión por los días que se te vienen encima; que te animes a ponerte un vestido o un taconazo como los que te proponemos, te atrevas con un cambio de look o te mimes con un tratamiento de belleza. ¡Feliz Navidad!